Auditoría de cuentas definición
Los estados financieros que deben auditarse son el balance, la cuenta de pérdidas y ganancias, el estado de cambios en el patrimonio neto y el estado de flujos de efectivo.
A lo largo del proceso de auditoría, el auditor es responsable de verificar la exactitud de las cuentas presentadas en los estados financieros. El auditor también se asegura de que los estados financieros se han elaborado de conformidad con los marcos contables pertinentes. Estos marcos son, por ejemplo, los US GAAP en Estados Unidos y las NIIF en la Unión Europea.
La auditoría puede dividirse en tres fases.
- Planificación. En esta fase, el responsable del proceso de auditoría establece la estrategia general del mismo. Con ello se pretende garantizar que el proceso de auditoría se lleve a cabo con la mayor eficacia posible. Esta planificación depende del tamaño y la naturaleza de la empresa, los acontecimientos pasados relevantes para la empresa y los posibles cambios en la misma. El resultado de esta planificación es una matriz de riesgos potenciales para la empresa que requieren una atención especial.
- Implantación. En esta fase, el auditor lleva a cabo la auditoría basándose en el plan y la matriz de riesgos preparados en la fase anterior. Además de toda la información contenida en el informe anual, el auditor puede solicitar en cualquier momento información adicional sobre todos los movimientos de la empresa directamente al personal del departamento correspondiente.
- Informar. Esta es la fase final del proceso de auditoría. En esta fase, el auditor o grupo de auditores emite una opinión de auditoría basada en las pruebas encontradas. Para ello se analizan los estados financieros.
En función de la información facilitada por la entidad y del proceso de auditoría financiera realizado, pueden emitirse distintos tipos de dictámenes.
- Opinión limpia o sin reservas: Se emite una opinión limpia o sin reservas si los estados financieros auditados ofrecen una imagen fiel de la empresa.Quizás te interesa:Gestión contable y gestión administrativa para auditoría opiniones
Siempre sigue un marco de referencia normativo. Como tal, suele denominarse declaración positiva.
- Opiniones de auditoría con reservas: Las opiniones con salvedades se emiten cuando el auditor detecta ciertas discrepancias en la preparación de la información incluida en los estados financieros de una entidad. En relación con el marco reglamentario al que siempre se refieren, ofrecen una imagen fiel de la empresa, salvo esta salvedad.
- Opinión discrepante o adversa: cuando, en la elaboración de la información contenida en los estados financieros, se identifican discrepancias en relación con el marco jurídico al que se hace referencia. Esta opinión negativa se emite cuando los estados financieros de la empresa no ofrecen una imagen fiel.
- Opinión de auditoría denegada o denegación de opinión: Esta opinión se emite cuando el alcance del trabajo de auditoría es limitado. En consecuencia, el auditor no ha podido obtener pruebas suficientes para determinar si los estados financieros ofrecen una imagen fiel.
La auditoría es una herramienta jurídica muy útil e interesante para las PYME. Permite a ambas partes comprobar el estado de sus cuentas. También obliga a las empresas a cumplir una serie de parámetros. Por ello, es importante familiarizarse con esta figura jurídica.
Definición de contabilidad y auditoría
En general, una auditoría puede definirse como un procedimiento por el que un experto independiente examina las cuentas de una empresa. En otras palabras, se aseguran de que corresponden a la situación financiera real. Esto permite a la empresa auditada demostrar su solidez financiera a clientes y accionistas.
Tipo de auditoría
Existen distintos tipos de auditorías en función del aspecto de las cuentas que se esté analizando. Sin embargo, existen dos tipos principales de auditorías.
La primera es la auditoría legal, que es también el tipo más común de auditoría. Como se ha mencionado anteriormente, algunas empresas están obligadas por la Ley de Sociedades a realizar dicha auditoría anualmente.
En particular, son admisibles las empresas que cumplan dos o más de las siguientes condiciones durante al menos dos años consecutivos.
- Personas con ingresos superiores a 5 700 000 EUR.
- 2 Activos superiores a 850 000 EUR.
- 3 Tiene más de 50 empleados.
- Deben recibir una subvención pública de al menos 600 000 EUR.
Del mismo modo, todas las empresas consideradas de servicios públicos están obligadas a realizar una auditoría anual, se encuentren o no en estas circunstancias. Entre ellas figuran compañías de seguros, empresas de tarjetas de crédito, fundaciones bancarias, empresas de pagos y empresas que operan con dinero electrónico.
Por otro lado, también hay auditorías voluntarias. Como su nombre indica, estas auditorías se realizan a petición de la empresa auditada. Las razones pueden variar. Por ejemplo, esto puede ocurrir mediante un acuerdo de los accionistas de la empresa. En este caso, debe poseerse al menos el 5% del capital social para que se exija una auditoría. También puede ser necesaria una auditoría debido a la obligación contractual de realizar una auditoría de terceros o por otros motivos. Aunque se trata de una auditoría voluntaria, deben cumplirse los mismos requisitos que para una auditoría legal.
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