Bienes sustitutivos y complementarios

Los bienes (o servicios) complementarios son bienes que se utilizan en combinación con otros bienes. Cuando el precio de un bien sube o baja, este cambio afecta también a la demanda de bienes complementarios. Ejemplos: Vehículos de motor, combustible.

Muchos fabricantes de bienes de consumo masivo están asociados a determinadas marcas o tipos de bienes complementarios. Por ejemplo: Lavadoras que recomiendan marcas de detergente.

Los bienes y servicios de sustitución (SUBSTITUTES) se utilizan como sustitutos de otros bienes (también llamados sustitutivos). En otras palabras, los bienes sustitutivos compiten entre sí en el mercado. Ejemplos: Margaritas, bebidas a base de cola.

Los precios se fijan siempre teniendo en cuenta la competencia, porque aunque dos bienes competidores tengan las mismas características, la demanda de uno de ellos disminuirá si el precio de uno es significativamente más alto que el del otro.

Un producto sustitutivo es un producto que se ofrece como alternativa a otros productos del mercado y se utiliza como estrategia de ventas para destacar una característica que el producto existente no tiene. Puede ser un precio más bajo, una característica superior (sabor, eficacia, etc.) o simplemente el hecho de que se trata de una nueva alternativa.

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Los sustitutos son posibles.

  • El sustituto perfecto. Puede utilizarse del mismo modo que un producto convencional y consigue exactamente los mismos resultados. El usuario no tiene ningún incentivo para elegir el producto existente. Si el producto sustitutivo es más barato, reducirá significativamente la demanda del bien existente.
  • Sustitutos incompletos cuando dos bienes se utilizan para el mismo fin pero no producen el mismo resultado.
  • Véase también: tipos de bienes.

Ejemplos de bienes alternativos

Bienes sustitutivos y complementarios
  1. Combustibles fósiles. Hay diferentes formas de alimentar los medios de transporte. Para los usuarios privados, existen tres tipos de combustibles fósiles para vehículos: gasolina (nafta), gasóleo (gasoil) y gas natural comprimido (GNC). El gas comprimido tiene la ventaja de ser más barato, pero no es autosuficiente, ya que el depósito sólo dura unos kilómetros y lo utilizan quienes usan el coche en la ciudad (taxis). El diésel es más barato que la gasolina, pero los coches diésel son más caros y, por tanto, sólo merecen la pena si se van a utilizar durante un periodo de tiempo más largo. La gasolina es más independiente (mejor consumo por litro), pero cuesta más.
  2. Margarina La margarina es un sustituto adecuado de la mantequilla (manteca de cerdo). Se introdujo originalmente como alternativa sana y más barata a la mantequilla (porque es de origen vegetal). Sin embargo, se ha descubierto que la margarina contiene las mismas grasas nocivas que la mantequilla.
  3. Diferentes tipos de carne. En cualquier región, la situación local de la ganadería puede dar lugar a un precio por kilo inferior para los animales criados en regiones vecinas. El precio es a veces el factor decisivo a la hora de elegir un tipo de carne, pero últimamente hay alternativas que no se centran en el precio, sino en la calidad, el trato adecuado de los animales y la prueba del estado ecológico.
  4. Bebidas de cola. Los precios de las bebidas de cola se comparan con los de los productos más vendidos para mantener la demanda, que se ve estimulada por el precio más que por la calidad (sabor).

Ejemplo de bienes complementarios

  1. Coches y combustibles Los precios de los distintos combustibles motivan a los usuarios a comprar coches que puedan utilizar combustibles más baratos. Por otro lado, el elevado precio de los coches diésel desincentiva su uso.
  2. Reproducción de música. A medida que cambian los formatos de reproducción de música, también lo hacen los requisitos de los dispositivos. Por eso, los dispositivos de reproducción tenían que ser compatibles con formatos digitales como discos, casetes, CD y, más recientemente, mp3.
  3. Productos audiovisuales. Al igual que ocurre con la música, a medida que cambia la tecnología de los productos audiovisuales, también lo hacen los dispositivos utilizados para reproducirlos: El VHS (vídeo) ha sido sustituido por el DVD y ahora lo está siendo por el streaming (reproducción en línea), que requiere una conexión de Internet a la pantalla. También hay disponibles pantallas de alta resolución para adaptarse a la creciente resolución de los productos.
  4. Software y dispositivos. Al comprar un ordenador o un smartphone, se eligen productos con acceso a los programas y aplicaciones más recientes. El cambio constante de tecnología fomenta la compra de nuevos productos.

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Los bienes de consumo y los bienes finales son bienes que satisfacen las necesidades inmediatas de los consumidores, a diferencia de los bienes de capital y los bienes intermedios, que se utilizan para producir o transformar otros bienes.

En este artículo nos centramos en la clasificación de los bienes finales. Así pues, dentro de los bienes de consumo y los bienes finales existen bienes alternativos y complementarios.

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Al tratarse de bienes que satisfacen las mismas necesidades o necesidades muy similares, pueden ser sustituidos por otros bienes en función de los factores (por ejemplo, el precio) que influyan en la decisión del comprador. La margarina y la mantequilla, el azúcar y la sacarina son ejemplos muy claros de sustitutos.

Los bienes sustituibles se dividen a su vez en sustitutos perfectos e imperfectos. Los sustitutos perfectos son bienes que pueden sustituirse por otro bien que logre el mismo resultado para el consumidor, mientras que los sustitutos imperfectos son bienes que pueden utilizarse para el mismo fin pero logran el mismo resultado. Los mejores sustitutos son los rotuladores fluorescentes (Stabilo, Staedtler). Los smartphones, por su parte, pueden ser un sustituto inadecuado porque hay muchos modelos con funciones diferentes.

Se trata de bienes cuya demanda fluctúa simultáneamente porque satisfacen conjuntamente el mismo tipo de necesidad y son interdependientes. Por ejemplo, si el precio de un producto complementario aumenta significativamente, es probable que disminuya la demanda de ambos productos.

Por ejemplo, el café y el azúcar o las impresoras y los cartuchos de tinta son productos complementarios.

Estos conceptos se aprenden en las carreras universitarias de marketing y publicidad

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Resumen

José

¡Bienvenido a mi humilde blog! Soy José, empresario y novato escritor. Estudié ADE y después de años trabajando voy a intentar compartir mi conocimiento con todos vosotros. Si necesitas consejos y experiencias sobre este mundillo, no dudes en leerme.

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