Cómo calcular el costo fijo

Cómo calcular el costo fijo

Conocer los costes es clave para la supervivencia de una empresa, y calcular los costes fijos y variables es esencial. Si los empresarios no las conocen, tomarán decisiones a ciegas, lo más probable es que incurran en pérdidas y, en el peor de los casos, tengan que cerrar la empresa. He aquí un sencillo método de cálculo con ejemplos prácticos.

¿Qué son los costes fijos?

Cómo calcular el costo fijo

Los costes fijos (CF) son costes que permanecen invariables aunque cambie el nivel de actividad (producción - ventas) de la empresa. Estos costes son fijos tanto si la producción aumenta como si disminuye. Hay que seguir pagándoles aunque no haya producción durante muchos meses. Por ejemplo, el alquiler de los locales de la empresa es fijo y debe pagarse la misma cantidad cada mes, aunque la empresa produzca menos, más o nada.

Costes unitarios fijos

El coste fijo unitario (CFu) equivale a una unidad de producción y venta. Ejemplo: El coste fijo de alquiler de cada unidad de pantalón producida es de 0,30 dólares por unidad. La proporción de renta equivalente a una unidad de pantalones producida es.

¿Qué son los costes variables?

Los costes variables (CV) son costes que varían en función del nivel de actividad de la empresa. Son lo contrario de los costes fijos. Por ejemplo, el coste de los insumos, donde el coste de los insumos también es cero cuando la producción es cero, el coste de los insumos aumenta cuando la producción aumenta y el coste de los insumos disminuye cuando la producción disminuye.

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Coste unitario de los costes variables

Los costes variables unitarios (CVu) son los costes que corresponden a una unidad de producción o de venta. Ejemplo: El coste de la materia prima para fabricar un par de pantalones es de 35 dólares por par.

¿Cómo se calculan los costes fijos y cómo se aplican para calcular los márgenes y los precios de venta? Estas fueron las dos preguntas más frecuentes en los comentarios al artículo sobre el cálculo del precio de venta teniendo en cuenta los costes y márgenes deseados.

Veamos primero qué son (y qué no son) los costes fijos. En pocas palabras, todos los costes que no varían en función del nivel de actividad de la empresa son costes fijos.

Por ejemplo, el alquiler de una oficina sería un coste fijo muy común. El importe se fija mes a mes y hay que pagarlo aunque te vayas de vacaciones y no aparezcas por la oficina durante un mes.

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Lo mismo ocurre con los salarios del personal. Los salarios son más o menos constantes y se pagan todos los meses, independientemente de que la empresa gane más o menos dinero.

Sin embargo, no se puede decir sin más que determinados costes son siempre fijos. Un cálculo preciso de los costes fijos ayuda a comprender la estructura de costes y a garantizar que, por ejemplo, las previsiones de tesorería sean exactas. Por lo tanto, es necesario analizar las características de cada coste y determinar si se trata o no de costes fijos.

Volvamos a uno de los ejemplos anteriores. El salario base de un empleado puede ser un coste fijo, pero si esa persona recibe incentivos o comisiones en función de las ventas o los resultados de la empresa, esa parte del salario es un coste variable.

En función del ámbito de actividad de la empresa, también debe tener en cuenta si determinados costes son fijos o variables.

  • Para los abogados, la factura de electricidad de la oficina se considera un coste fijo, aunque la factura mensual pueda fluctuar ligeramente a lo largo de un año.
  • Sin embargo, un panadero que hornea su pan con un horno eléctrico podría considerar que la factura de la electricidad es un coste variable porque cuanto más pan hornea, más electricidad consume.

Toda empresa debe analizar cuidadosamente sus costes y decidir qué costes deben considerarse fijos.

Aplicación de los costes fijos en el cálculo de los precios de venta

Cómo calcular el costo fijo

Es inútil calcular correctamente el precio de venta si el coste es incorrecto.

A muchas personas les resulta difícil incluir los costes fijos de su empresa a la hora de calcular el precio de un determinado producto. Al fin y al cabo, los costes fijos son una gran cantidad anual, mientras que el precio de cada producto es mucho más específico.

Una forma sencilla de asignar los costes fijos de la empresa al precio unitario de cada producto es la siguiente.

  1. Calcule el importe correcto de todos los costes fijos del año.
  2. Costes variables asociados a cada producto (materias primas, manipulación, distribución, residuos...) Calcula correctamente la cantidad de las siguientes sustancias.
  3. Calcule el volumen de ventas anual de cada producto. Si dispone de datos históricos, puede utilizarlos como base. Si no es así, tendrá que hacer el presupuesto más adecuado a su caso.
  4. Una vez conocido el número de unidades de producto a vender y el coste variable asociado a cada unidad vendida, multiplique uno por otro para obtener el coste variable total del año.
  5. Ahora puede calcular la relación entre costes fijos y variables. Supongamos que los costes fijos ascienden a 10 000 EUR y los costes variables a 40 000 EUR. En este caso, los costes fijos son de 1 EUR por cada 4 EUR de costes variables.
  6. Así, en este ejemplo, si los costes variables del producto A son de 8 EUR, se añaden los costes fijos de 2 EUR, lo que da un total de 10 EUR. Estos 10 euros son el precio unitario del producto, que luego se multiplica por el porcentaje de margen que desea vender para hallar el precio de venta.

Por supuesto, este método está muy simplificado. Yo creo que sí. Es una primera aproximación válida para empresas pequeñas y sencillas, pero carece de elaboración cuando la escala es mayor, cuando los cálculos necesitan más precisión o cuando por alguna razón se quiere aplicar a unos productos unos costes de proporción diferentes a otros.

Comprueba los cálculos con frecuencia

Al poner en marcha una pequeña empresa, es habitual que la gente se esfuerce por calcular los costes, los márgenes de beneficio y los precios antes de iniciar sus actividades. Además, una vez que inician sus actividades, no suelen dedicar tiempo a comprobar si sus previsiones son correctas.

Ninguna previsión resiste el contacto con el mercado. En otras palabras: Una vez analizados los costes fijos y variables, determinados los márgenes de venta y calculado el precio de venta, ahora debe preguntarse cuánto se acerca la realidad a lo que ha calculado.

En cuanto empiecen a aparecer las cifras reales de costes y facturación, hay que revisar los cálculos originales y ajustarlos a la realidad.

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Resumen

José

¡Bienvenido a mi humilde blog! Soy José, empresario y novato escritor. Estudié ADE y después de años trabajando voy a intentar compartir mi conocimiento con todos vosotros. Si necesitas consejos y experiencias sobre este mundillo, no dudes en leerme.

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