Iva directo o indirecto
Pagamos impuestos todos los días, la mayoría de las veces sin ser conscientes de ello. El IVA es probablemente el mejor ejemplo de ello, pero no el único. Los impuestos indirectos, que suelen gravar el consumo, son los principales responsables.
Este artículo trata sobre qué son los impuestos indirectos, cómo funcionan y cuáles son los más importantes.
Definición de impuestos indirectos
Hay varias formas de clasificar los impuestos según su naturaleza y carácter, pero la distinción más común es entre impuestos directos e indirectos. La distinción se basa en el acto u objeto gravado.
Los impuestos indirectos gravan la expresión indirecta de las fuerzas económicas, es decir, la producción, el comercio y el consumo.
La característica más importante de los impuestos indirectos es que, a diferencia de los directos, no dependen de las características personales del contribuyente, sino del producto en sí. Es decir, no afectan directamente a la renta del contribuyente, sino al consumo realizado por éste.
Quizás te interesa:Gestión de la reputación onlineEn este sentido, los impuestos indirectos gravan principalmente el consumo, es decir, lo que pagamos cuando compramos bienes o utilizamos servicios. El IVA es un ejemplo típico de impuesto indirecto. Existen varios tipos de impuestos indirectos, que se explican a continuación.
Diferencias entre impuestos indirectos y directos
El concepto de impuestos indirectos se entiende mejor en contraste con los impuestos directos.
Los impuestos no directos gravan el uso del dinero, por ejemplo, las compras. Usted paga el IVA en cada compra, independientemente de su renta o patrimonio.
Los impuestos directos, en cambio, gravan la expresión directa o inmediata de la capacidad económica, como la propiedad de bienes o la obtención de ingresos. El impuesto sobre la renta y el impuesto sobre el patrimonio son, por tanto, los tipos de impuestos más comunes. Estos impuestos gravan el dinero que ganas, no el que gastas.
Existen varias clasificaciones de impuestos nacionales, siendo las más comunes los directos y los indirectos. Los impuestos directos gravan las fuerzas económicas. En otras palabras, gravan la propiedad de determinados bienes o la percepción de ingresos. En términos simplificados, puede decirse que se gravan los activos y beneficios de particulares y empresas.
Quizás te interesa:Cuanto se cobra con un contrato de formaciónLos impuestos indirectos se refieren a la circulación de bienes y servicios. En otras palabras: Cuando una empresa vende un determinado producto a otra, la Agencia Tributaria recibe una determinada cantidad por esta transacción. A continuación se explica con más detalle cómo recauda el Estado los impuestos nacionales (impuestos directos e indirectos) y cómo pueden los ciudadanos solicitar su devolución si han pagado impuestos de más o de menos.
Principales impuestos directos
El más común y conocido es el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas). Como su nombre indica, se encarga de gravar la renta procedente de los rendimientos del trabajo personal. En otras palabras, se aplica a las fuerzas económicas, por lo que se clasifica como impuesto directo.
El impuesto de sociedades es el segundo más común de esta tipología. La única diferencia es que el impuesto grava los beneficios de la empresa y no la renta de la persona física.
Existen otros tipos de impuestos menos conocidos o comunes pero que forman parte de los impuestos nacionales, especialmente los impuestos directos. Algunos ejemplos son los impuestos de sucesiones y donaciones. En el caso de las herencias, una persona recibe una determinada cantidad de dinero, que las autoridades fiscales consideran como ingresos y entran de lleno en la categoría de impuestos directos. El caso más común en el que se incurre en el impuesto de sucesiones es cuando una persona hereda.
Otro impuesto directo es el impuesto sobre el patrimonio. Se calcula restando los pasivos y cargas de una persona de sus activos.
Éstas son probablemente las más comunes y conocidas. Sin embargo, hay otros que se cobran por situaciones menos comunes. Por ejemplo, el impuesto sobre la renta de no residentes grava a quienes obtienen beneficios en España aunque no residan en ella.
Principales impuestos indirectos
El más conocido y odiado es el impuesto sobre el valor añadido (IVA). Grava las transacciones de bienes y servicios entre personas físicas y jurídicas. Esto significa que los bienes vendidos están sujetos al IVA derivado en el momento de la compra. Es conocido porque forma parte de nuestra vida cotidiana, pero no es popular porque encarece los productos y afecta a la competitividad de los vendedores y al poder adquisitivo de los compradores. Para minimizar este impacto negativo, algunos productos se consideran de primera necesidad y están sujetos a un tipo de IVA más bajo. El tipo de este impuesto indirecto es normalmente del 21%, pero existe un tipo reducido (10%) y un tipo superreducido (4%).
Otros impuestos nacionales clasificados como indirectos son el impuesto sobre transmisiones patrimoniales, el impuesto sobre actos jurídicos documentados, el impuesto sobre la renta de aduanas y los impuestos especiales, que sólo pagan quienes adquieren o consumen bienes muy específicos como alcohol, hidrocarburos, tabaco y permisos de circulación.
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