Lo importante no es el destino sino el camino
Estas palabras del filósofo griego Constantino Caballis en su clásico Ítaca me hicieron reflexionar.
¿Cuántas veces decimos que lo que nos ocurre es nuestro destino, sin darnos cuenta de que no es cómo empieza, sino cómo acaba? La vida es un viaje, con obstáculos en el camino, y algunas personas dicen: "No vayas por ahí". Será oscuro, solitario y a veces no sabrás adónde vas. El camino será pesado, largo, estrecho y ruidoso, y a veces tendrás que lidiar con negocios que disminuyen en lugar de aumentar.
Eso es lo que significa caminar. Caminar hacia una meta, esa es la realidad que intentamos alcanzar. Conoceremos a gente que nos acompañará, nos guiará, nos dará agua, paraguas, cobijo y comida para el viaje. A menudo cambiamos de zapatos y queremos volver atrás, pero nuestra presencia nos impulsa a seguir adelante.
Me alegro de que haya un camino....
Al final, lo importante no es el destino, sino el viaje. Ni siquiera puedo contar el número de veces que he "vivido" con la preocupación de mi destino, mis metas y mis sueños. He planificado meticulosamente mi vida sin tener en cuenta factores externos que podían cambiar mis planes, he dejado de disfrutar del presente por estar pensando en el futuro y en cosas que aún no existen, y al final nada ha salido como yo quería.... A veces me siento frustrada por no estar donde quiero, por no vivir en la situación que quiero.
Quizás te interesa:Ventana de johari ejemploLa vida puede ser un sueño o una pesadilla, pero en última instancia tú decides si sufres o disfrutas. No todo en esta vida es feliz o triste. No todo es amor, no todo es odio.... Todo está ahí, y sólo tienes que aprender a lidiar con cada emoción. Si la vida fuera perfecta, no tendría sentido vivir, sería aburrida.
Quiero aprender a verme a través de los ojos de los demás y no ser tan dura conmigo misma y conocerme, pero sólo tengo mis propios ojos, así que ¿tengo que aprender a observarme de otra manera? Soy un cobarde, soy temeroso e inseguro, y toda mi vida no he hecho más que castigarme, sabotearme y convertirme en un cáncer para mí mismo. He aprendido a vivir y a sufrir con todos mis demonios y he decidido dejar de ser tan dura conmigo misma, aceptarme y vivir en paz. Hoy ya no me juzgo, me acepto y estoy agradecida por todo lo que he vivido.
No puedo cambiar mi historia y no puedo cambiar mis decisiones, así que las acepto. Al final, lo que cuenta es el viaje, no el destino. Si por alguna razón no llego a mi destino, quiero irme en paz, sabiendo que he aprendido algo y disfrutado al máximo del viaje que es la vida.
LOHAS.
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