Lo que no se comunica no existe

Lo que no se comunica no existe

El joven barcelonés, afincado en la región metropolitana desde 2006, ha desarrollado una larga carrera como publicista.

Con una silueta elegante desarrollada para Dior Homme y Sandro, comenzó su carrera en la moda como gestor de cuentas para DDP, Kickers y Amaya Arzuaga en la agencia Réplica.

Tras establecer una fructífera relación con un diseñador burgalés como prensa, fundó RB Comunícalo y se estableció por su cuenta. En un desfile de moda organizado por Beba's Closet, conoció a su actual cliente principal, la marca de agua Solan de Cabras.

"Nos hemos consolidado como una agencia de estilo de vida que combina distintas áreas como la moda, la gastronomía y la salud bajo el lema 'No hay nada que no se pueda comunicar'. Nos dirigimos a clientes que son fieles a su estilo de vida y comparten nuestra pasión.

Para lograrlo, los embajadores de marca necesitan, como señala Bejarano, "corazón y alma". Es una herramienta tan eficaz como el romanticismo para alcanzar el éxito 2.0.

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01. jersey de religión.
02. chaqueta de Dior Homme.
03. Cinturón de Guess by Marciano.
04. reloj: Dior Horlogerie 05. pantalones: Sandro.
Estilismo: Maria Molina.
Foto de Javier López.

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Esto puede dificultar saber qué es verdad y qué no lo es.

Sabemos lo que significa la expresión "los medios de comunicación son el cuarto poder". Hasta ahora, el término sólo se refería a propietarios de medios de comunicación, editores y periodistas. Sin embargo, debido a la revolución social desencadenada por el desarrollo de las redes sociales, los usuarios de teléfonos inteligentes se han convertido en los principales protagonistas de la transmisión de información. Todos desempeñamos el papel de comunicadores, pero rara vez somos conscientes del impacto de nuestras interacciones en las redes sociales.

El poder de la información está ahora en manos de los ciudadanos. Todos tenemos cámaras en nuestras manos y la capacidad de emitir contenidos audiovisuales de gran impacto al instante. Esta capacidad de comunicación era antes monopolio de los medios de comunicación. Pero ahora todos tenemos el don de la comunicación. ¿Cómo podemos concienciar sobre esta gestión del poder? ¿Qué deben hacer las empresas ante esta nueva realidad en la que cada día circula más y más rápido la información?

Nos enfrentamos al fenómeno de la adicción. Estamos tan inundados de información que ya no sabemos qué es verdad y qué es mentira, hasta el punto de que se ha acuñado la frase "más no es mejor". La proliferación de nuevas fuentes de noticias ha dado lugar a un mundo en el que los rumores, los cotilleos y las mentiras se propagan a un ritmo alarmante.

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Hace más de una década que se acuñó el término "posverdad". Sin embargo, una búsqueda del término en Google News arroja hoy 60 millones de artículos que lo utilizan, incluidos en el último año artículos como el de The Economist de septiembre de 2016 "La política de la posverdad: el arte de mentir". Esto incluye varias portadas de revistas que analizan el tema bajo el titular.

Cada día hay más información. Sin embargo, la comunicación corporativa sigue rezagada. Todavía hay muchos directores y gerentes que no consideran importante o necesario comunicar diversas cuestiones relacionadas con la actividad empresarial, especialmente el impacto (positivo o negativo) en las distintas partes interesadas.

En esta situación, se crea un gran vacío de información, que inevitablemente llenarán otros con intereses diferentes, especulaciones, "medias verdades" y "mentiras". Es responsabilidad de la dirección difundir la información correcta de manera adecuada y oportuna. La verdad nunca muere, pero a menudo está oculta y no puede verse. En mi profesión, digo todos los días la frase "No hay nada que no se pueda comunicar".

La dinámica de los medios sociales presenta grandes oportunidades. Las empresas actuales cuentan con redes excepcionales de comunicadores internos, pero se presta poca atención a mejorar la comunicación que emana de estas redes.

Existe un gran potencial en las redes sociales "personales" de los trabajadores. Tenemos que concienciar y orientar a la organización sobre las implicaciones y responsabilidades del papel de comunicador al que nos hemos acostumbrado. Para ello, nos gustaría ofrecerle tres directrices básicas muy sencillas, pero que a menudo se echan en falta.

1. las redes sociales deben utilizarse con precaución y sentido común. 2. no deben interferir en el trabajo, especialmente en las reuniones, ya que la gente suele distraerse con las pantallas de sus smartphones y no puede concentrarse en la reunión.

(2) No es posible distinguir entre información personal y profesional y entre información pública y privada. Cuando publiques contenidos, recuerda que son públicos y que debes comportarte como si estuvieras asistiendo a una reunión o encuentro público. Evite los comentarios sobre temas delicados o confidenciales.

3. Entender que la opinión pública suele asociarse con la organización para la que trabajas. Piénselo dos veces antes de publicar mensajes del personal, ya que pueden afectar a la reputación de la organización, de sus colegas y a la suya propia.

Aunque el uso de las redes sociales ha exacerbado el problema de la "posverdad" y las noticias falsas conocidas, tenemos una gran oportunidad de promover y amplificar la información de expertos conocidos. Las noticias son como los alimentos, y al igual que los consumidores comprueban las características de un alimento antes de comerlo, la gente debería poner más énfasis en conocer la fuente de la información, el autor y sus intereses.

Esta es una de las razones por las que las empresas fomentan y apoyan el desarrollo de un periodismo de calidad para mejorar las comunicaciones externas y los medios sociales. Es fundamental que las empresas dediquen tiempo y recursos para que los periodistas tengan un conocimiento y comprensión adecuados de los temas relevantes para su actividad empresarial y que apoyen también las distintas iniciativas formativas de diferentes asociaciones e instituciones para mejorar continuamente la formación periodística

Vivimos en una era de hipertransparencia, en la que el acceso a todo tipo de información sobre personas, empresas y organizaciones aumenta cada día. En este contexto, todos debemos comprender la responsabilidad que tenemos al hacer pública la información. Por supuesto, no tiene sentido pedir licencias o permisos especiales para utilizar un smartphone, pero debemos ser conscientes de las consecuencias de la información que publicamos, sobre todo de aquella cuya fuente se desconoce.

De nosotros depende contribuir a la reputación de la empresa para la que trabajamos.

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Resumen

José

¡Bienvenido a mi humilde blog! Soy José, empresario y novato escritor. Estudié ADE y después de años trabajando voy a intentar compartir mi conocimiento con todos vosotros. Si necesitas consejos y experiencias sobre este mundillo, no dudes en leerme.

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