Reunificar deudas sin hipoteca

Consolidación de deudas

Si hay varios préstamos vigentes o deudas acumuladas, la reconsolidación de deudas puede ser una buena opción para resolver la situación.
En este número se incluye la siguiente información.
- ¿Qué es la unificación de la deuda y qué significa?
- ¿En qué casos es aconsejable recurrir a esta solución y cómo pueden unificarse ventajosamente las deudas de este modo?
- Ventajas de la liquidación de deudas.
- Son posibles diferentes modalidades de endeudamiento, por ejemplo, sin vivienda, con asnef, sin propiedad, sin avalistas, sin hipoteca, sin avalistas, etc. También hay disponible un simulador.
- ... Y mucho más.
¿Qué es la reunificación de la deuda?
La reunificación de deudas se produce cuando una persona decide combinar todas o algunas de sus deudas y obligaciones en un único préstamo. Las ventajas de la reprogramación son el ahorro mensual derivado de los bajos tipos de interés, la visión de conjunto de las finanzas domésticas y la seguridad de pagar una sola cuota mensual.
La reunificación de deudas sin hipoteca, avalista ni vivienda es una opción para las personas que tienen varios préstamos y no pueden pagar sus deudas, o para las familias que quieren mejorar sus ahorros. Si tienes una hipoteca, esta opción es más realista. Si no tiene hipoteca, es más difícil, pero no imposible. Por desgracia, hay pocos productos en el mercado que le permitan reestructurar su deuda sin garantía hipotecaria, pero es posible.
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La reunificación de deudas sin hipoteca es para las personas que no tienen hipoteca, pero que por otro lado no pueden hacer frente a determinados pagos mensuales.
¿Qué requisitos deben cumplirse?

Capacidad de reembolso: El importe teórico de reembolso no puede superar el 30% de los ingresos netos (según el Banco de España).
Contrato de trabajo: Los bancos y las empresas comprobarán si tu contrato de trabajo es indefinido.
Plazo máximo: El plazo máximo ofrecido por el banco es de ocho años.
Tipo de interés: más alto (mayor riesgo) que las hipotecas, pero el procedimiento de préstamo es más rápido (de 1 semana a 10 días).
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Pasos
En primer lugar, es importante aclarar que hay dos situaciones posibles para quienes quieren unificar sus deudas sin hipoteca: una en la que el posible comprador tiene una propiedad propia y otra en la que no. Se trata de dos casos muy diferentes, el primero de los cuales es la adquisición más segura.
Si quieres consolidar tus deudas sin hipoteca, pero eres propietario de un inmueble, por ejemplo, puedes conseguir que el banco te conceda una hipoteca para consolidar todas tus deudas utilizando ese inmueble como avalista. Así podrá pagar sus cuotas a un tipo más bajo, aunque sean a más largo plazo.
La mejor manera de lograr este objetivo es visitar cada banco en persona y exponer su situación para que la tengan en cuenta. Tras escuchar atentamente todas las ofertas, los posibles clientes pueden tomar la mejor decisión.
Si una persona interesada en restablecer su deuda no posee una casa o una propiedad, las entidades financieras pueden mostrarse reacias a ofrecerle una solución. En estos casos, se puede intentar que el banco apruebe un nuevo préstamo personal único para pagar todas las deudas adquiridas. En estos casos, un salario más alto o un trabajo fijo pueden ayudar.
En cualquier caso, para conseguir nuestro verdadero objetivo -una cuota mensual más baja que la que hemos venido pagando por todas nuestras deudas hasta ahora- necesitamos pedir un préstamo personal a un tipo de interés mucho más bajo que la media de nuestras deudas contractuales. De este modo, la deuda final no aumentará desproporcionadamente.
En este caso, el plazo de amortización depende de las cuotas mensuales que el interesado pueda pagar cada mes. Por lo tanto, lo mejor es ponerse en contacto directamente con el banco y ver qué solución pueden ofrecer.
Por otro lado, si no tiene una hipoteca y no es propietario de un inmueble, tendrá que demostrar que no ha dejado de pagar el préstamo para que el banco considere la posibilidad de una liquidación de deudas. Por lo general, los bancos exigen que los tres últimos pagos no sean atrasados ni estén en mora.
Si no responden positivamente, se puede considerar la posibilidad de pedir a un pariente cercano que actúe como avalista de la hipoteca que falta. Para ello, los bancos suelen exigir que se trate de un familiar de primer o segundo grado. En este caso, el familiar se convierte en acreedor hipotecario y nosotros en prestatarios.
Antes de llegar a un acuerdo sobre una deuda no hipotecaria, hay que aclarar las condiciones ofrecidas y las obligaciones contractuales de ambas partes. Internet puede ser una buena herramienta para encontrar información e historias de personas que han vivido la misma situación.
Si tu situación ha cambiado y también lo han hecho tus circunstancias económicas, merece la pena que intentes volver a casarte aunque no tengas hipoteca. Si consigue sus objetivos, podrá reestructurar sus pagos mensuales, lo que será un factor importante para su futuro poder adquisitivo.
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